viernes, 11 de septiembre de 2015

De sueños y recuerdos...

Mientras los gatos parecen haberse dado cita en las calles aledañas a mi casa, empiezo a recordar el sueño de hace un par de noches.  ¿Qué significan? Nos preguntamos muchas veces.  Y buscamos explicación por Google o en algún libro que por casualidad encontramos en las estanterías de una biblio.

Este sueño del que hablo, ocurrió después de recibir como huesped a un perro de la policía.  Un Pastor Alemán.  Hace poco se fue de mi vida un ángel peludo que en estos casi dos años de convivencia se hizo un espacio en mis días. Y con la llegada de este visitante, de nombre Sam, pareciera que todo se removió.  

Como siempre, son fragmentos los que quedan grabados -a veces ni eso- y es lo que ahora paso a contar.  Estaba en mi habitación, acostada, y de repente fui consciente que mi tía, con quien vivo, estaba también aquí, como sentada, como recostada.  Ella mencionó (¿o fui yo?) que se sentía como si Pepe (el perro que falleció) estuviera con nosotras.  De repente, las cobijas tomaron la forma de él y me lancé de inmediato a abrazarlo y a darle besos en la cabeza.  Mi tía se conmovió y luego lo sentí irse.  Fue como si hubiera querido despedirse de verdad; como si todo este tiempo hubiera estado cuidándonos.

La sensación de tristeza persiste y cada vez que recuerdo el sueño, de cómo sentí su cuerpo grande entre mis brazos, es como si algo dentro tomara forma aguada y saltarina...¿Y qué se yo de los sueños? Tendré que leer más al respecto...

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